Hemos tenido una hermosa reunión con Camilo Norambuena acá en el Podcast de La bestia Impura, muchas risas y alegría, pero también reflexiones sobre el oficio poético y ése oficio en un país como Chile.
A continuación una muestra de su poesía (seleccion de la plaquette «Avenida las torres»).
No secrea ni se destruye
La fuerza de los ríos convertida en luz roba al cielo millones de estrellas desde la primera fogata hasta centrales termoeléctricas la energía no se crea ni se destruye solo se cubre de huellas. Es posible verlas si pelas el cable cada cincuenta metros los postes marcan compases de una partitura volantines sin dueño zapatillas viejas relucientes después del temporal son figuras musicales interpretadas por chincoles en transformadores de distribución arman su nido como nuertras casas atravesadas por trenzas de cobre emiten su aura sobre los techos y parece que amanece a mitad de la noche. Los medidores aguantan mucho mas de 220 voltios pedazos de vida en kilovatios-hora los dedos que un niño mete al enchufe un cóndor que muere en los campos eólicos espejismos que forman paneles solares y queman las patas de las aves que atraviesan el desierto. Nadie quiere que las torres invadan el paisaje aún no se descubre una energía libre de culpas como redes de pesca atrapan tu voz y la mía por serros por valles las torres en hilera en el generador central se escucha el sonido de ciudades triturado en las turbinas.
En Avenida Las Torres nunca hubo silencio
A cien por hora ruge el tronador
y nadie mide en decibeles la intensidad sonora
sino cuellos torcidos cuando un ruido descuadra.
Hay petardos que cantan
lo que rota no puede la voz
al volver la banda del estadio
en siete cuadras se oye su fiesta.
Ni se inmuta quien vive con audífonos
ni escuchan los canutos predicando
los besos de dos niñas acostadas en la plaza.
Las ramas en los cables tocando el violín
solo son perceptibles al quedarse mudos
entre talla y talla sentirse brillar
en pedazos de vidrio a la luz de un farol
alguien dice pasó un angelito
pero pareciera que pasan en bandada
a 12000 voltios pidiendo silencio.
Cae la noche
Las carreras por los fierros se vuelven piques a la esquina
inmensas las torres no nos abandonan
en murallas y camisas marcadas nuestras manos
el tinte óxido como sello de la tribu.
Nunca nos despedimos
a lo sumo la última talla.
Una zancadilla y salir de vuelo
sin llorar sin picarse
esperar a mañana y devolver el golpe.
A nuestro ritmo se prenden los faroles
por pasajes despertando a los perros
aun tibio el sudor al llegar a casa
siempre sin llave la puerta
esperar a mamá con el agua hervida.
Anoche soñé que volaba
Como un volantín cortado
abajo los cabros abanicaban colihues.
Me alejaba de las torres
su campo magnético ya no era una trampa.
Nunca he llegado tan lejos
a cielo abierto vi el sol reflejado
como otra estrella en ventanas de rascacielos
quedé encandilado.
El viento cantaba un vals de balizas
frenazos de bocinas de micros
pasé entremedio una bandada de palomas.
Como un sueño dentro de otro
caía lentamente con mis alas rajadas
atrapado en un barrio como el mío.
Bajar es más fácil que subir
El ganador se colgó del fierro en señal de victoria
y creimos que el descenso era un trámite.
Nos distrajimos mirando al poniente
la pobla era azul
amarilla después magenta
capas de polución formaban la aurora boreal en el sur del
mundo.
Por un momento las torres dejaban de quemarnos los
oídos.
Debajo del letrero de alto voltaje
nadie vió su cuerpo hacer puente
solo la explosión
un relámpago
el azote.
Tieso de corriente el polvo lo cubría
no respondía a su nombre
varias veces lo repetimos.
Un pedazo de nuestra voz quedó golpeando las vigas
el resto cruzó la calle pidiendo auxilio.
Camilo Norambuena Madariaga (Santiago, 1993)
Camilo Norambuena Madariaga (Santiago, 1993). Es parte del colectivo Taller Lorkokran, con quienes publicó la plaquette Avenida Las Torres, y fue incluido en la Antología de Poesía del mismo taller, ambas impresas el año 2019. Fue becario de la Fundación Pablo Neruda (2013), y obtuvo mención honrosa en los Juegos Literarios Gabriela Mistral (2017) y segundo lugar en el V Concurso de Poesía del Instituto Chileno-norteamericano de Cultura (2010). Ha sido invitado a diversos encuentros de poesía, destacando la participación en el Festival Transfronterizo de Poesía Panza de Oro de Cochabamba (2019) y el encuentro Trasandes (2011).