001 Iris Kiya – Muestra poética

¿Cómo entrevistas a alguien que crees conocer tan bien? ¿Se puede leer alejados de un tiempo y un lugar? ¿Qué significa leer a alguien como un extraño? ¿Es un heterónimo alguien extraño?

Queremos decir aquí que intentar repensar una entrevista, en términos de alejamiento y reemplazo es tratar hacer de nosotros cuerpos extraños para intentar ver la obra como un sujeto lejano. Con Iris empezamos pensando en lo absurdo de ser entrevistado, de hablar de uno mismo, de querer saber del otro pero para confirmar lo que uno ya creía saber. No pretendemos no ser ridículos, pero sí plagiadores, imitadores.


Iris lee. Lee mucho, demasiado. Iris lee a los demás como escribe ella, como si de muchos se tratara.


Los poemas que nos leyó al final del episodio, los tenemos aquí para siempre:

El desencanto

(Tl 31 13 6 (+1 +3) 1.8 170 [204.382, 204.385])
C17H21NO4
C17H21NO4
9h00

Fumo mucho. Demasiado.
Fumo para frotar el tiempo y a veces oigo la radio
y oigo pasar la vida como quien sintoniza cualquier estación al medio día.
Fumo mucho. En el cenicero hay ideas y poemas y voces
de amigos que no tengo.
Fumo mucho. Demasiado.
Me palpo los ojos, los pies y el dedo gordo
de la mano lo meto en el ojo, y estoy sucio
oliendo a vida.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
vivo el delirio de un país que no sabía que existía.
Lo vivo porque los poemas que se asientan en estas hojas,
no son más que letras.
Así como letras llegan a ser todas las ciudades y todos los nombres.
Estoy en el infierno,
me siento conforme,
porque en el infierno no debo demostrar mi patriotismo.
El infierno es sensato porque puedo ser W.C. Williams,
un pobre hombre con una carretilla roja.
Cada mañana despierto fuera del infierno
y comulgo como todo ser humano.
Aunque gran parte de los humanos dirán
que la cocaína no se comparte como la hostia.
Ese polvillo blanco que se desintegra como un espasmo,
se adhiere a los tejados y las paredes de los cuerpos.
Cuerpos que han aprendido a vivir
de la huida, la evasión y el sueño.
Me harté de la cocaína, me harté del poder,
me harté de hablar
de poder existir con el otro.
Quizá Wittgenstein habría entendido esto
que hablar del lenguaje no es solo asociar la palabra con el objeto,
sino desligarse del objeto y la palabra.
Hasta ayer tenía el sano juicio de pertenecer al infierno.
Conseguir una novia.
Seguir el modelo “Abel”.
Escribir en este país no es llorar, es reír,
reír de rabia hasta resignarse.
Escribir en este país
es tener la suficiente cordura para decir:
Me he cansado de ser hombre,
quiero ser todos los hombres,
ser todos ellos hasta el borde de la locura.
Y decir al morir,
cuando tenga ya en la boca y cabeza la baba del suicidio
gritarle a las sombras, a las tantas que hay y fantasmas
en este paraíso para espectros
y también a los ciervos que he visto en el bosque,
y a los pájaros, a los lobos en la calle
acechando en las esquinas:
Quién escribe esto no soy yo.

El ritual del neurótico obsesivo

(Tl 31 13 6 (+1 +3) 1.8 170 [204.382, 204.385])

Yo conocí el misterio del verso
que es el misterio de lo que a sí mismo se nombra.
Yo he visto el anzuelo de la nada.
Yo soy el hombre que busca su mismidad en la tautología.
Busco,
busco,
busco.
El anzuelo hecho de la nada.
Busco aquella nada donde no expire el poema.
No busco.
Atento contra los cerdos,
bailando y pensando que Epicuro me guiñará el ojo izquierdo.
Yo sé el misterio de estos versos,
pero solo puedo derruirlos.
Como se derruye una casa cuando se la habita.
Como se derruye el cielo cuando se lo mira.
Yo sé que mis versos no tienen misterio.
Soy un hombre,
un simple hombre.
Los vecinos,
aquellos cerdos estarán atentos
a lo que digan mis zapatillas
cuando me deslice por los peldaños en la noche.
7h01 hora del té,
talio en vez de azúcar.

Un golpe de dados no abolirá el azar, pero sí el aburrimiento

(Tl 31 13 6 (+1 +3) 1.8 170 [204.382, 204.385])
De Milton Steiner a Milton Steiner
8h45

Qué es el viento sin sombra, sino una nada
a sí misma abrazada.
Estoy vivo,
estoy vivo y me llamo de algún modo
y vanamente escribo,
sobre la sombra cruel de la pared.
Y si yo digo que tú eres una herida en la pared
y un rasguño en la frente.
La respuesta tuya será todo aquello que me nombra,
me induce a la muerte.
Un golpe de dados no abolirá el azar,
pero sí el aburrimiento.
Ya conoces mi nombre, Milton Steiner,
me gustaría poder decir que
los débiles tendrán mi ayuda,
porque los cristianos morirán.
y en ese entretanto pensaré
en las estrellas,
en el odio mío y tuyo por la tierra.
Pensaré descalzo,
buscando entre la mierda,
la mierda escrita,
la mierda terrenal;
la razón de mi vida.
Te amo.
Amo pensar que un golpe de dados no abolirá el azar,
pero sí el aburrimiento.
Tu símbolo es el t·l·
y el mío estos versos.
Versos que no inmutarían ni a un ciervo
silencioso y cruel
como el ≤suicidio≥
Te amo.
Amo pensar que en unas horas rozaré con vino mis pupilas
y
debajo de tu símbolo
aullaré.

La maldad y el plagio nacen de la supresión hipócrita del gozo

(Tl 31 13 6 (+1 +3) 1.8 170 [204.382, 204.385])
(Tl 31 13 6 (+1 +3) 1.8 170 [204.382, 204.385])
10h26

Yo soñé con tocar la tristeza viscosa del mundo
en el desencantado borde de un acantilado.
Yo he sentido en mis manos un animal inmundo
que por las noches copia y busca darle un camino profundo a lo ajeno.
Yo supe que mis textos serían el mal del que moriría,
y me río porque no siento el mal del mundo, solo el propio.
Y escribo con un diminuta luz, una luz que hace daño
y encuentra en mí el cadáver de la risa del otro cuando lo hago mío.
He visto el dolor de LMP como una caridad
que me irradia en la noche como una forma amplia e inmensa.
He visto su dolor,
como si dejara suavemente sobre mi mano, un ojo suyo.
He visto su dolor,
como si dejara de susurrar al oído de los locos
y me susurrase que hiciera de lo suyo, mío.
Primero será el placer,
luego la maldad y el plagio que nacen de la supresión hipócrita del gozo.
Ahora soy el loco, el incomprendido.
Me acuesto en una cama donde el sol se convierte en un moridero con olor a manzanilla.
Solo dos cosas son reales en mi escritura.
Amé a una mujer llamada Lili.
Y el talio que he ingerido, pronto hará efecto.
Estaré cerca del hedor de las petunias,
Lili cantará:
por el hilo que lo une al secreto
tú te reías como mi madre
al ver que yo había nacido de ella;
un plagio tan inmenso como una ciudad,
un plagio tan inmenso como el actor de nacer.


Iris Kiya, también conocida como Milton Steiner (La Paz, 1990). Estudió la carrera de literatura en la UMSA. Sus textos han sido publicados en antologías físicas como digitales en Bolivia, Argentina, México, Ecuador, Perú y Chile. Tea Party, muestra dinámica de poesía latinoamericana (2014) y Devenir Isla, hacía una cartografía de poetas chilenas y cubanas (2018). Entre el 2010 y el 2013 participa y organiza encuentros de editoriales independientes dentro y fuera de su país. Ha publicado los libros de poesía Manicom(n)io fra(g)tal, colección postmortem (2010) poemario ganador del concurso jóvenes poetas auspiciado por la Cámara Boliviana del Libro y la Fundación Pablo Neruda de Chile; 24 cortos y un prólogo en braille para Gelinau Laibach (2013), la reedición chilena por la editorial Andesgraund (2016), la plaquette En la trinchera por la editorial chilena Ediciones .g (2016), Masacre en la calle Harrington (2017) por la editorial chilena Cinosargo, y Márgenes Infrarrojos. L´image, une forme de violence (2019) por la editorial boliviana Gran Elefante.